En algunas ocasiones, una infidelidad se perdona y en otras no. A veces se supera y otras no. Sin importar cual sea el resultado, se trata de una prueba para cualquier matrimonio o compromiso establecido, y en algunos casos, el precio que se paga por ella es muy alto.
La fidelidad es la garantía de la rectitud en las relaciones humanas. Es indispensable para lograr la intimidad con la pareja y la convivencia social. Está basada en la lealtad y en la verdad, por lo que es el primer ladrillo que cualquier pareja debe poner en los cimientos de su unión o matrimonio. Cuando un hombre o una mujer se unen, ya sea en matrimonio o en convivencia, se comprometen a respetarse, amarse y ser fieles el uno al otro. Es una promesa solemne que no debe hacerse a la ligera.
Lo que motiva a las parejas a no faltar a sus promesas tiene su origen en el amor. Es una generosidad entre dos, en la que se pide que se limiten las exigencias y se superen los malentendidos. Es aprender a dar y recibir. Con la fidelidad mutua, la sexualidad se encamina hacia el amor personal y hacia la entrega total tanto en el caso del hombre, como de la mujer. Ambos saben que pueden confiar plenamente en su pareja, porque ésta podrá superar todas las "tentaciones" que se le aparezcan en el camimo.
La persona que es infiel está labrando, día a día, su propia infelicidad. Finalmente terminará sufriendo más que el cónyuge engañado porque es ella quien está arriesgándolo todo.
y tú, ¿que piensas al respecto? ¿serías capaz de perdonar una infidelidad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario